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Los profesores de Literatura, reunidos en Sala Nacional en el día de la fecha, dejamos constancia de algunas puntualizaciones respecto al lugar que ocupa nuestra asignatura en el nuevo currículo de la educación media:

 

1. En el Plan de Educación Básica Integrada (EBI) y en los borradores de la reforma de bachillerato, que se han hecho públicos, la asignatura cambia de nombre. Este cambio no es trivial porque restringe la Literatura a los ámbitos del “arte” y la “comunicación” cuando el campo disciplinar es mucho más amplio. Conjuntamente con la imposición de la evaluación por competencias como única pedagogía posible, la reforma oficializa una “nueva” asignatura que implica recortar los horizontes transdisciplinares de la Literatura, en lo que hace principalmente a su enclave social, cultural y filosófico. Así se vuelve a violar la libertad de cátedra imponiendo una única forma de evaluación (por competencias), para una disciplina aparentemente nueva que no es más que una acción de lo que Santos (2014) llama “fascismo epistemológico porque constituye una relación violenta de destrucción o supresión de otros saberes" p. 452,[1] como los enfoques literarios vinculados a la sociología, la ética, la filosofía, los estudios culturales y las teorías feministas, entre otros, ahora suplantados. El aspecto comunicacional y/o artístico de la Literatura es uno entre otros, ¿qué pasa con el aspecto hermenéutico, psicológico, social, etcétera?  La Literatura es mucho más que escribir buenos enunciados o descubrir recursos estilísticos, porque, entre otras cosas, educa personas críticas y ciudadanos empáticos para vivir en sociedad.

En 1º de bachillerato la asignatura mantiene la misma carga horaria y se ubica dentro del área llamada “Alfabetizaciones” junto con Inglés y Matemática. En los otros niveles todavía no se han dado a conocer detalles sobre las horas asignadas. Según el recuadro de Requerimientos de formación, quienes están habilitados para hacerse cargo de esos cursos somos los/as docentes de Literatura. En este sentido nos preguntamos: ¿es lo mismo dar Literatura que “Comunicación y cultura literaria”? Claramente no.

 

2. Por otro lado, mientras que “Arte con énfasis en Literatura” mantiene sus 4 horas en la Dirección General de Enseñanza Secundaria (DGES) en 9° grado, en la Dirección General de Enseñanza Técnica y Profesional (DGETP) se reduce a 3 horas. Inexplicablemente se perdieron horas en un plan, que se supone, integrado de enseñanza, pero se conserva el mismo programa. La pérdida de esas horas trae serias consecuencias a nivel curricular y laboral, perjudicando el derecho del estudiantado de tener la misma calidad educativa en todos los subsistemas. También se perjudica al colectivo docente agravando el multiempleo dado que, al reducirse a 3 la cantidad de horas que la asignatura tiene en DGETP, quienes trabajan en ese subsistema tendrán que suplir la falta de horas trabajando en otros centros. Asimismo, por reglamento, no se pueden ubicar las tres horas en el mismo grupo en un sólo día, en general se distribuyen en dos. En uno de ellos, el/la docente debe desplazarse sólo por una hora de clase. Trabajar en más centros hace que los/las docentes del país multipliquemos las obligaciones propias de nuestra tarea con más mesas de exámenes, reuniones de profesores, salas, integración de proyectos, salidas didácticas, etcétera. Sin contar con la carga psíquica y física que supone acomodarse a una variedad tan amplia de instituciones, con perfiles, culturas y realidades diferentes. Cuando en el mejor de los mundos posibles, el/la docente logra combinar los horarios, para cumplir con todas las instancias de su trabajo, el multiempleo genera que deba faltar a una u otra institución por exámenes, reuniones, práctica de aula extendida, en los otros centros educativos. Es decir, el sistema genera las inasistencias docentes en otras instituciones.

 

3. Además de ser nuevamente excluidos de los cambios, los/las docentes aún no conocemos las cargas horarias ni los contenidos curriculares de los cursos correspondientes a 2º y 3º de bachillerato. Teniendo en cuenta la situación que han vivido otras asignaturas del área humanística, es de suponer que el destino de estos cursos está otra vez en peligro.

 

4. Este año se ha implementado la reforma para todos los institutos de formación docente del país, examinando los cambios advertimos un empobrecimiento brutal de la currícula de formación docente, con falencias increíbles, como la extinción y/o fusión de asignaturas enteras, que existen en todas las ofertas educativas del campo de la literatura a nivel mundial.

 

5. Ante un nuevo llamado a concurso de efectividad, vemos con sorpresa que no estén convocados todos los departamentos. Solo se ofrecen cupos para efectivizarse en 9 de ellos, excluyéndose a Montevideo, capital del país en donde se encuentran enormes cantidades de estudiantes.

 El concurso tiene una vigencia de tres años, sin manifestar la posibilidad de que se llame a efectividad en los departamentos excluidos si se generan vacantes por cese y/o nuevos grupos creados. En tres años los profesores podrían efectivizarse en los departamentos en que ahora están ejerciendo interinamente sin necesidad de modificar su vida y las de sus familiares. Ante esto nos preguntamos si es viable un cambio en la educación en el marco de una inequidad tan grande en la estabilidad laboral del colectivo docente.

 

6. Manifestamos nuestra total disposición y vocación constructiva ante espacios realmente participativos, de respeto a nuestra profesionalidad y experiencia. Hasta ahora no han existido espacios de esa naturaleza. Basta recordar que, mientras las Asambleas Técnico Docentes (ATD) eran convocadas para tratar la transformación curricular, en el mismo momento las autoridades hacían una conferencia de prensa presentando las decisiones ya adoptadas. Tampoco consideramos participación la encuesta hecha a algunos docentes y estudiantes, sumidos en un mar de desinformación e incertidumbre. Los espacios de participación deben ser serios, amplios y democráticos.

 

Durante la pandemia el país se puso en manos de médicos y científicos/as para asesorar y guiarnos en un desafío nunca antes visto. Las autoridades han repetido muchas veces que la educación está en crisis y el cambio es inminente. Si es así… ¿por qué no escuchan también la voz de la experiencia y el conocimiento técnico de miles de docentes?

 

Reivindicamos la formación en la Literatura de forma integral, abarcando todos sus aspectos para formar personas capaces de vivir en un mundo de crecientes desafíos, entre los cuales el trabajo es sólo una parte. La ética, la educación ambiental, la educación emocional y el pensamiento crítico son saberes de los que no se puede prescindir en un mundo lleno de desafíos ambientales, inteligencia artificial, consumo desmedido, violencia creciente y grandes desigualdades. Pedimos que se respete el derecho de todo el estudiantado a tener una educación de la misma calidad, con democracia y participación. Bajar la calidad educativa es una estafa al futuro.

 

[1] Santos, B. S. (2014). ¿Un Occidente no occidentalista? La filosofía a la venta, la docta ignorancia y la apuesta de Pascal. En B. de Sousa Santos & M. P. Meneses (Eds.), Epistemologías del Sur (pp. 67–107). Akal.